El Estoicismo Frente al Existencialismo: Reflexiones Sobre el Significado de la Vida

Cómo el estoicismo y el existencialismo abordan el sentido de la vida desde perspectivas únicas, pero complementarias. Reflexiona sobre la libertad, el propósito y cómo encontrar significado en un mundo incierto.

Alma Estoica

1/22/20254 min leer

Hoy, mientras esperaba el autobús en la alameda, como siempre tengo en mi rutina, me puse a observar a las personas a mi alrededor. Cada uno parecía absorto en sus pensamientos, o mirando sus teléfonos. Una pregunta me golpeó de repente: ¿Qué sentido le da cada uno a lo que hace? .

Fue un pensamiento que surgió del silencio, pero resonó con fuerza. El momento me recordó a las reflexiones del existencialismo, esa corriente filosófica que cuestiona la esencia misma de la vida y nuestro propósito.

Entonces, como buen amante del estoicismo (y aprovechando el viaje en bus, que se hace largo), comencé a pensar en cómo los enfoques del existencialismo estoicismo podrían dialogar y, en cierta medida, complementarse.

Existencialismo y Estoicismo: Dos Caminos hacia el Sentido

El existencialismo plantea una idea cruda pero liberadora: "la vida, en sí misma, no tiene un propósito inherente". Filosofías como la de Jean-Paul Sartre o Albert Camus dicen que somos los responsables de dar significado a nuestra existencia en un universo indiferente. En este contexto, la libertad individual se convierte en una carga, porque si todo depende de nosotros, entonces no hay nadie más a quien culpar o acudir para encontrar respuestas. Y sabemos que el humano, siempre necesita canalizar la frustración en algo ajeno.

Por otro lado, el estoicismo parte de una premisa diferente, pero no menos poderosa. Según esta filosofía, si bien no controlamos el curso del universo ni las circunstancias externas, sí tenemos poder absoluto sobre cómo interpretamos y respondemos a lo que nos sucede. Para los estoicos, el significado de la vida no se encuentra "fuera" de nosotros, sino en vivir conforme a la virtud, alineando nuestras acciones con la razón y la naturaleza.

Es un enfoque que, aunque más estructurado que el existencialismo, comparte una misma conclusión: el sentido no está dado, se construye.

Reflexión Estoica sobre la Libertad Existencial

Para un estoico como Marco Aurelio, el hecho de que la vida sea incierta y muchas veces carente de sentido cósmico, no es algo que debiera desesperarnos. Más bien, es un recordatorio de que nuestras preocupaciones deben centrarse en lo que podemos controlar: nuestras elecciones, nuestros pensamientos y nuestras virtudes.

Este enfoque tiene un paralelismo interesante con el existencialismo, especialmente cuando Sartre dice que estamos "condenados a ser libres". Ambos sistemas coinciden en que debemos asumir responsabilidad total sobre nuestra existencia, aunque sus caminos diverjan en la forma de encontrar paz con esa realidad.

¿Qué Hacer Cuando Todo Parece Carecer de Sentido?

Mientras el existencialismo invita a enfrentar el absurdo y crear nuestro propio propósito, el estoicismo nos recuerda que, incluso en un mundo sin sentido, hay belleza en vivir con integridad y en cultivar el carácter. Imagínate enfrentando un día lleno de contratiempos: el existencialismo te diría que esos eventos no tienen más significado que el que tú les otorgues. El estoicismo, sin embargo, te guiaría a responder con calma y rectitud, viendo cada problema como una oportunidad para practicar la virtud.

El Valor del Presente en Ambos Enfoques

Tanto los existencialistas como los estoicos destacan la importancia de vivir plenamente en el presente. Para Camus, el absurdo de la vida no debe paralizarnos, sino impulsarnos a saborear cada momento como si fuera único. Para Epicteto, cada instante es una oportunidad para mejorar como persona y actuar en armonía con la naturaleza. Esta convergencia nos dice que hay que reflexionar sobre cómo podemos tomar lo mejor de ambos mundos: la libertad existencial y el sentido ético estoico.

Un Encuentro Filosófico

El existencialismo y el estoicismo, aunque  nos suenan aparentemente distantes, tienen perspectivas complementarias sobre cómo enfrentar la vida.

Mientras uno te invita a crear significado en un universo vacío, el otro te enseña a encontrarlo viviendo con virtud y serenidad. Ambos enfoques, en última instancia, se vuelcan a la idea de que el poder para transformar nuestras vidas, siempre está en nuestras manos (por suerte...).